domingo, octubre 30, 2011

Enigma desvelado


Uno de los monumentos más feos de Cádiz -donde el Ayuntamiento del PP compite consigo mismo en hacerlos cada vez más espantosos- es el erigido a memoria del doctor Manuel Rodríguez Morales en la plaza del Mentidero. 
De estilo claramente funerario, con un pedestal desproporcionado que corona un busto perfectamente vulgar, el conjunto desentona en un espacio ocupado por  terrazas de bares y juegos de niños.
Una lápida -también funeraria, sin discusión- atribuye la erección del monumento al "pueblo de Cádiz", sin más detalles. 
Para mí, que estuve obligado durante un par de décadas a seguir la actualidad de la ciudad, siempre había sido un enigma la personalidad y los méritos de este médico. Hasta hoy.
"La Voz de Cádiz" publica un texto de Ignacio Casas de Ciria, habitual cronista de sociedad de este diario, en el que dibuja el perfil del doctor Rodríguez Morales: un médico como tantos otros de su tiempo, entregado a su profesión, generoso con los pobres y buen padre de familia: nada más ni nada menos. 
Ni el monumento ni el perfil hacen ningún favor a su memoria. 

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