miércoles, diciembre 19, 2012

Castells analiza el momento político español


Por su interés, reproduzco la entrevista con el sociólogo Manuel Castells que ayer publicó El País.

“La izquierda ha desaparecido”

Manuel Castells analiza las protestas que han sacudido Europa y el mundo árabe

El sociólogo publica su último libro, 'Redes de indignación y esperanza'

El catedrático de Sociología Manuel Castells. /MASSIMILIANO MINOCRI
De la indignación a la esperanza es el camino descrito por el sociólogo Manuel Castells (Hellín, Albacete, 1942) en los movimientos de protesta que han sacudido los países árabes y Occidente, con especial presencia en España. Un movimiento que se gesta en las redes informáticas y cuaja en los espacios urbanos ocupados: desde la Puerta del Sol o la plaza de Tahrir hasta Wall Street. Castells, catedrático en la Universidad del Sur de California, ve ahí el germen del cambio hacia formas de democracia más participativas. Lo explica en su última obra Redes de indignación y esperanza (Alianza).
Pregunta. Haga balance del movimiento de los indignados.
Respuesta. Va por países. En Islandia se nacionalizaron los bancos, se echó a los dos partidos que la gobernaban desde 1927, se creó un nuevo gobierno con democracia participativa, se elaboró una nueva Constitución debatida por internet con miles de ciudadanos interviniendo. Fue una revolución, pacífica, pero una revolución. En algunos países árabes se acabaron las dictaduras. Se puede pensar si el islamismo gusta más o menos, pero es otra cosa. Dictaduras inalteradas durante décadas se acabaron en semanas. En Túnez. En Egipto. En otros casos, los gobernantes avisados convirtieron las revueltas en guerra civil. En Estados Unidos la distinción entre ricos y pobres era ajena a la cultura americana y ahora es un asunto vivo y ha tenido un efecto electoral de segundo grado en la campaña, a favor de Obama.
Existe un espacio de comunicación, la Red, en el que los jóvenes viven”
P. ¿En España?
R. España es el país de Europa donde el sistema político ha mostrado menos sensibilidad ante la protesta, y con los dos grandes partidos de acuerdo en ignorarla. El caso más dramático es el de las hipotecas. Los suicidios han disparado la alarma social, pero hace más de un año y medio que viene planteándose sin respuesta. La opinión pública ha registrado las críticas del 15-M. Las encuestas señalan un 70% de apoyo, pero también registran que apenas se cree que haya capacidad de cambio. Ha cambiado la conciencia de la gente, pero el sistema político se mantiene impermeable. Y esto puede degenerar en enfrentamientos y en violencia.
P. Una violencia que el movimiento rechaza de plano
R. Sí, pero hay un caldo abonado por las provocaciones policiales (en España las hay) y la rabia de los jóvenes. Con una sociedad movilizada, indignada, sin respuesta institucional creíble, es difícil evitar la violencia. Espero que no la haya y mucha gente del 15-M lo espera también. Pero hablamos de un movimiento, no de un partido, no de una organización hermética que puede controlar la rabia de la gente.
P. Usted señala que parte de la desconfianza hacia los partidos se debe a que son percibidos como subordinados al capitalismo financiero. Pero anota que no hay un rechazo del capitalismo
R. Dentro del movimiento hay una tendencia que es anticapitalista, pero no todo el movimiento lo es. Lo que se rechaza es el sistema financiero como funciona ahora. Su indignidad e inmoralidad. Y también la subordinación de las instituciones y los partidos a este estado de cosas. El movimiento parte del malestar económico y social, pero es sobre todo un movimiento político que exige la democracia real. Denuncia la falta de alternativa. Salvo que se entre en el sistema político, pero para eso está la ley electoral española que bloquea la entrada de minorías importantes. El movimiento ha hecho varias propuestas razonables de democratización del sistema electoral porque la sociedad ha cambiado, pero el sistema político no cambia. Y es imprescindible restablecer la conexión.
P. En un momento del libro sintetiza usted algunas de esas propuestas. De 12 que recoge, ocho son negativas
R. El movimiento es, sobre todo, un movimiento de crítica, de rechazo. A partir de ahí hay que abrir el debate. Y se ha abierto con formas tanto asamblearias como reticulares en Internet, esperando que de ese debate salgan fórmulas para el futuro que sean asumidas por la ciudadanía. Hay propuestas positivas: la reforma de la ley electoral, la modificación del sistema hipotecario, mecanismos de control sobre la banca. Lo que no hay es un programa, sino sería un partido y no lo es. Pero este movimiento ha generado más debate y ha creado más conciencia política que los partidos en los últimos 20 años. Y todos los cambios empiezan en la mentalidad de las personas. Más tarde ya se traducirá en votos. El problema es que ninguna de las propuestas políticas refleja hoy esta nueva sensibilidad.
P. De modo que, cuando hay elecciones, vencen las formaciones que defienden lo contrario
R. Es que la izquierda ha desaparecido. Hoy, en términos políticos, estamos en un periodo constituyente. No desaparecen los partidos conservadores, pero la izquierda está en crisis, pese a que hay un espacio de centroizquierda que no se llena porque la ley electoral funciona como mecanismo de bloqueo. De todas formas, van surgiendo alternativas.
P. A largo plazo
R. El movimiento español tiene un eslogan: “Vamos despacio porque vamos lejos”. Es decir, se trata de un movimiento muy autorreflexivo que tiene perspectiva histórica y que ha empezado a plantearse qué incidencia política se debe producir. Lo que no puede hacer es transformarse en partido, eso haría que perdiera su legitimidad movilizadora, pero pueden esperarse pactos entre nuevas formas organizativas y corrientes del movimiento. Claro, es necesario que el sistema político sea flexible. En Italia, por ejemplo, lo es; en España, no. Los partidos españoles se sienten acosados, creen que si se abren desaparecen. Y tienen razón, sobre todo, la izquierda. Y eso es dramático.
P. El movimiento se comunica a través de las redes informáticas, como antes los obreros se organizaban al coincidir en la fábrica
R. Todos los movimientos sociales nacen de la comunicación. El individuo aislado con su enfado no tiene fuerza. Puede suicidarse. Los suicidios son lo que precede a las revoluciones islámicas. La gente pasa de la humillación a la autodestrucción. La suerte es que existe un espacio de comunicación, internet, en el que muchos jóvenes viven. La gente se organiza donde vive. Los obreros se comunicaron en las fábricas, los jóvenes de hoy lo hacen en internet, pero es vital que luego ocupen el espacio público. Al ocupar un espacio público, la gente se da cuenta de que existe y de que puede imponer su derecho a la ciudad por encima de las reglas de tráfico. Lo que produce los cambios históricos es la combinación de un espacio de comunicación, un espacio de reunión, un espacio de incidencia política. Son viejas libertadas (de reunión, de expresión) traducidas a la era digital. Los movimientos nacen en la red y se organizan en el espacio urbano. Y como la ocupación del espacio urbano no se puede eternizar (a veces de eso se encarga la policía) se repliegan en la red, pero no desaparecen.
P. Una comunicación a la que el poder combate con la coacción y la manipulación
R. La dominación perfecta es la que no se siente. Puede ser por adhesión a los valores dominantes o por resignación y ahí los procesos de persuasión son fundamentales. Cuando fallan, se recurre a la coerción, pero los mejores sistemas de control son los que no necesitan del uso de la policía.
P. Resalta usted el papel de las emociones, del miedo que paraliza o la esperanza que estimula
R. La primera emoción que aparece es la indignación. El miedo atenaza a la gente. Miedo a perder lo poco que le queda. El miedo y la resignación paralizan a la gente. Esto salta cuando no se puede más. En ese momento se supera el miedo. La esperanza llega cuando superas el miedo y encuentras en las redes, en la calle, mucha gente que está como tú. Empieza al hablar con otro, al sentir con otro. Al percibir que no tenemos el poder pero estamos juntos y tenemos la razón con nosotros. Ése es el paso del miedo a la esperanza. No se producen efectos a corto plazo, pero aun así la gente se siente mejor protestando que quedándose en casa.

lunes, noviembre 05, 2012

Demasiados para tan pocos


Manifestación de los ex de Delphi, a su llegada este mediodía a Cádiz. Delante, dos furgones de la policía, y detrás, otros dos, más otros tantos de antidisturbios que no me cabían en la foto, y un patrullero de la Benemérita. Una pasta nos ha costado este afán intimidatorio del Gobierno.

domingo, noviembre 04, 2012

Sobre periodismo, ficción y realidad


La gran Maruja Torres publica hoy en "El País Semanal" un artículo titulado "De Lou Grant a Will Mcavoy"*, en el que relaciona la legendaria serie de televisión de los años 80 del siglo pasado - menores, abstenerse - y la actual y al parecer exitosa "Newsroom", sobre el fondo angustioso del inminente ERE de El País.
El caso es que yo, después de ver los primeros veinte minutos de "Newsroom", me he negado a sumergirme en el almíbar romantizado o romanticismo almibarado de esta serie, tan irreal como el periodismo (americano) que retrata. Pero no critico que a los más jóvenes y a otros maduros les pueda parecer tan atractivo - e incluso ejemplar- como lo fue para mí "Lou Grant".
Volviendo a Maruja Torres, la gran periodista de carne y hueso no se queda en el babeo, sino que utiliza "Newsroom" serie para denunciar, por analogía, el proceso de aniquilación de periodistas que se debe estar llevando a cabo estos días en la redacción de El País:

"[La propietaria dice] cómo piensa hacer para despedir a su presentador, siendo este una estrella intocable: “Creando el contexto”, dice. Pensémoslo bien. Un contexto es, sobre todo en periodismo, cuestión de palabras. Cuestión de calumnias. A McAvoy empiezan por tenderle insidiosas trampas sexuales, y el escándalo salta a los medios. A otros se les descalifica con insistencia, por motivos de edad o de falta de cualificación tecnológica".

En fin...
Cuando he terminado el artículo, se me ha ocurrido bucear en el archivo de El País para ver qué había sido de Lou Grant y de su protagonista. Esta es la perla que he encontrado:

(22 de mayo de 1984).
El actor Edward Asner, Lou Grant en la serie de televisión que lleva su nombre, llegó ayer a Barcelona invitado por TV-3. El actor explicó que la serie fue suprimida de la televisión estadounidense por haber hecho donación de 25.000 dólares (unos 4 millones de pesetas) en ayuda médica a El Salvador. Asner añadió que no deseaba volver a ser Lou Grant y que rodará una serie humorística.

Como siempre, la realidad supera a la ficción.
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*El artículo lo reproduzco más abajo porque todavía no lo han colgado en la web.


De Lou Grant a Will Mcavoy

A los periodistas de edad declarada inservible para el oficio, y a mí misma, nos marcó mucho la serie Lou Grant, de gran éxito en España en los años ochenta, que transcurría en la redacción deun diario impreso de Los Ángeles, y que tenía a un rudo y muy humano Edward Asner como principal personaje, un jefe de la sección de noticias locales a quien los periodistas de no ficción adorábamos. No había por entonces pocos jefes que presumían de parecerse, ni faltaban tampoco redactores que se repartían los papeles de la serie, identificándose con este o aquel carácter. Algunos incluso se parecían de verdad. Eran tiempos plenos de energía en los que si alguien hubiera aventurado la decadencia que algún día viviríamos, le habríamos descalificado a carcajadas. Claro que por entonces también bailábamos con el amo durante la verbena anual. Otros tiempos, ya digo. Ver ahora la serie provoca llanto. Sobre todo porque Lou Grant contenía un detalle genial: se trataba de un periodista que venía de la tele (la serie era un spinoff de El show de Mary Tyler Moore), pero que defendía el periodismo escrito: “Yo empecé en un diario”, solía recordar Lou con orgullo. Es decir, se reivindicaba la prensa por partida doble: en el propio guion, que en cada episodio planteaba un “caso”, es decir, un reportaje, y por el hecho de que lo de Mary Tyler Moore (creo que aquí se llamó La chica de la tele) había sido una comedieta de media hora, y Lou Grant, una serie dramática de una hora de duración. Ya ven, lo contrario del momento actual, en que las investigaciones de fuste son sustituidas por pildoritas o pantallazos debido a que esa suprema tontería que a mí me dijo un jefe con hombreras, “a la gente no le gusta leer”, ha acabado convirtiéndose en un lema que hasta el que asó la manteca puede seguir. Lo que por entonces contesté fue: “Será a ti. Amíme leen”. Pero hoy día ya no podemos ponernos gallitos, porque ni siquiera tenemos detrás a la ficción secundándonos.
Hablemos de The Newsroom, la serie de Aaron Sorkin para HBO que actualmente podemos seguir en Canal + y que, aun--que irregular, me gusta mucho porque siempre hay inteligencia suelta y porque me vuelve loca uno de los personajes, Charlie Skinner, presidente de la división de noticias de la cadena de televisión que produce el programa de Will McAvoy, el presentador superestrella. Skinner, interpretado por el gran Sam Waterston, es un superviviente de una era mejor que ha elegido como anchor man a un hombre y a una productora comprometidos con la honestidad profesional. Pues bien, cuando contemplamos las luchas de Skinner y su equipo con Jane Fonda, la dueña del canal, y el empecinamiento con que tratan de sacar su proyecto adelante, hay una seguridad que podemos tener: y es que no hace falta que transcurran dos décadas, ni siquiera una, ni tan solo un año, ni un día, para llorar a mares por el oficio en peligro. Porque los afanes de la serie parecen de ciencia ficción. Y constatarlo duele. 
Sin embargo, la serie está llena de zarpazos de realidad, como esa propietaria dotada de un nombre muy oportuno –Leona– que, en un momento dado, expone a Skinner cómo piensa hacer para despedir a su presentador, siendo este una estrella intocable: “Creando el contexto”, dice. Pensémoslo bien. Un contexto es, sobre todo en periodismo, cuestión de palabras. Cuestión de calumnias. A McAvoy empiezan por tenderle insidiosas trampas sexuales, y el escándalo salta a los medios. A otros se les descalifica con insistencia, por motivos de edad o de falta de cualificación tecnológica.

jueves, septiembre 20, 2012

¿Dónde está la placa que recordaba a gobernador civil Zapico y otras autoriades republicanas, fusilados el 6 de agosto de 1936?

Terraplén de la Avanzada de Santa Isabel, junto al castillo de San Sebastián, donde fueron fusilados Mariano Zapico y sus compañeros el 6 de agosto de 1936. La placa conmemorativa colocada 70 años después ha desaparecido. Estamos hablando de un lugar declarado "de Memoria Histórica".


Foto tomada el 19 de septiembre de 2012, desde el punto de vista del pelotón de fusilamiento.


Así lo contó el Diario de Cádiz el 7 de agosto de 1936:


El general Queipo de Llano anunció ayer por Radio Sevilla que en la plaza de Cádiz había tenido lugar un Consejo de Guerra sumarísimo contra el que fue gobernador civil de la provincia hasta el pasado 18 de julio, Mariano Zapico, y otras personas por su intervención contra el movimiento libertador de España.

Ayer por la tarde, en el castillo de San Sebastián, se cumplió la sentencia de muerte recaída en el Consejo de Guerra contra Mariano Zapico, el teniente coronel jefe de la Comandancia de carabineros, Leoncio Jaso Paz, el capitán de asalto jefe de las fuerzas de Seguridad en la provincia, Antonio Yáñez y el oficial de Telégrafos, Luis Parrilla Asencio. Que Dios haya perdonado a los que fueron víctimas de sus errores."


Declaración de Lugar de Memoria Histórica, el 20 de marzo de 2012:


"Castillo de San Sebastián. Cádiz
Cuando se produjo el golpe de estado contra la República, el gobernador civil, el comandante Mariano Zapico, se hizo fuerte en la sede del Gobierno Civil junto al presidente de la Diputación, Francisco Cossi, y a medio centenar de militares leales comandados por el capitán Antonio Yáñez-Barnuevo, además de centenares de voluntarios. Yáñez-Barnuevo, junto a guardias de asalto y milicianos, mantuvo la resistencia desde las 16.00 horas del 18 de julio de 1936 hasta el día siguiente, cuando las tropas sublevadas en Cádiz obtuvieron el refuerzo de regulares procedentes de Ceuta. Los defensores del Gobierno Civil fueron detenidos el 19 de julio y llevados al Castillo de Santa Catalina los militares y a la prisión provincial y al barco-prisión Miraflores los civiles.
Cuatro días después se incoó expediente para consejo de guerra sumarísimo, por el delito de rebelión militar, al gobernador civil comandante Mariano Zapico, al teniente coronel Leoncio Jaso, al capitán Antonio Yáñez Barnuevo, al oficial de telégrafos Luis Parrilla, al presidente de la Diputación Francisco Cossi, al capitán de fragata Tomás de Azcárate y al secretario particular del gobernador Antonio Mascalio.
El 2 de agosto fueron condenados a muerte y el día 6 ejecutados los cuatro primeros en el Castillo de San Sebastián. Este lugar, a partir de entonces, sirvió de escenario para el asesinato de muchos defensores de la legalidad y del orden constitucional, en numerosos casos sin la celebración de juicio previo y sin que sus cuerpos aparecieran nunca. Otros sufrieron años de prisión en penosas condiciones".

lunes, mayo 28, 2012

Las zorras en el gallinero

Un artículo magistral de Xavier Vidal-Folch, aparecido hace unos días en elpais.com
¿Por qué el Gobierno ha privatizado la auditoría a la banca española, dejándola en manos de dos empresas extranjeras, a una de las cuales califica de "compañía-basura" (Oliver Wyman) y a la otra de "cueva de Alí Babá" (Goldman Sachs)?
Preguntas sin respuesta. O con
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http://economia.elpais.com/economia/2012/05/23/actualidad/1337806938_171603.html